Cuando las cosas se ponen difíciles, acude a Exú
De
Exú os he hablado varias veces. Y lo seguiré haciendo, pues aunque cada orixá
tiene su personalidad muy definida, Exú es el más distinto a todos. Él es el
mensajero de lo orixás en tanto que traduce nuestros deseos y anhelos para
ellos; cuando hago una tirada de buzios, es Exú quien va y viene con las
preguntas y respuestas.
El
Candomblé no es solo una religión sino un modo de vida: los orixás están
presentes en nuestra vida y a ellos nos dirigimos para ser más felices. A ellos
les preguntamos a través de los buzios y ellos aceptan con gusto nuestras
ofrendas de alimentos, flores y velas. Pues bien, en todas esas comunicaciones,
interviene Exú.
Llevarse
bien con Exú es el primer paso para que el orixa te oiga; de alguna manera, es
el más humano de todos los orixás y quien primero nos escucha. Olvídate de esas
tonterías que a veces se leen por ahí y que tratan de establecer un paralelismo
entre nuestro Exú y el Diablo, nada menos, o los espíritus burlones de la
oui-ja. Y todo eso porque se representa con los colores rojo y negro y a veces
es un poco travieso. Ni caso a esas habladurías sin fundamento.
Exú
traba una relación muy estrecha con cada persona, tanto es así que aunque como mae de santo mi deber es tener un altar
con todo el panteón yoruba (podéis verlo en mis vídeos), dispongo de un lugar
muy especial para Exú, a quien atiendo con mimo y de modo distinto.
A
Exú se le pide con mucha fe, con devoción intensa y siempre te escucha. Pero
tanto es su poder que si decides encargar un trabajo, debes acudir a un pae o mae de santo o a un babalorixá
una ialorixá. Si necesitas algo
realmente importante, y me refiero a algo que crees imposible, llámame y se lo
pediremos juntos a Exú.
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