Martes, vámonos a Brasil
El
martes me trae muchos recuerdos de Salvador de Bahía, la ciudad de Brasil donde acabé de formarme
como mae de santo de Candomblé tras visitar Nigeria, la tierra madre de los
yoruba.
En
el barrio de Pelourinho está la iglesia de Nossa Senhora do Rosário dos Pretos,
a la que la población local, de amplísima mayoría negra (preto significa negro en portugués y brasileño) le tiene mucha
devoción.
Fue levantada por los esclavos y hoy sus descendientes la tienen como un
lugar sagrado. El martes es su día más importante: velas, imágenes y tambores
de candomblé crean una atmósfera muy espiritual en la que se bendice a los
fieles, primero las mujeres. Todos van vestidos de blanco, como es tradicional
en nuestra religión, y se acostumbra a llevar panes para que sean también bendecidos.
Y
también el martes se celebra una ceremonia importante en el dique o lago de
Tororó, con distintos rituales que terminan con una entrega de flores en honor
de Oxum. Sabemos que Oxum rige el sábado pero como es la orixá de las aguas
dulces, tenemos dispensa para hacerle ofrendas en este día ya acudimos a un
lago, su lugar de dominio.
En este lago, la generosidad de Oxum se reparte
entre los orixas más importantes, que también tienen allí su representación en
forma de una figura gigante.
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