Así somos las hijas de Oyá
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Hoy quiero hablaros de la orixá que me guía y me protege,
Oyá, también llamada Iansá en algunas regiones. Al hacerlo también me conoceréis a mí un poco más, pues voy a hablaros
de cómo son, cómo somos, las hijas de Oyá.
Primero diré los rasgos positivos: somos personas fuertes,
con carisma y buena apostura física. Eso hace que atraigamos la atención de los
demás. Sentimos cierta necesidad a ser alabados pero también queridos y
mimados. Y eso no es difícil, somos por lo general gente con la que se convive
bien. Oyá no es tan coquetas y remirada como Oxum pero a sus hijas nos gusta ir
a la moda y estar siempre actualizadas.
Somos arrojadas, extrovertidas y directas; no ocultamos los
sentimientos ya sean de alegría o de tristeza. Y es que somos pasionales: o
queremos mucho u olvidamos rápidamente. Nos damos con intensidad y si no sale
bien, cerramos la puerta para siempre.
Como amigas no tenemos precio. Nos
preocupamos por los demás, queremos ayudar y somos muy entregadas con la
familia. Aunque también muy exigentes con ellos.
Sin embargo… Tenemos carácter y a veces llegamos a ser un
poco mandonas. Ese temperamento fuerte puede
llevarnos a explotar o meternos en un problema por decir las cosas a la cara
sin pensar en las consecuencias. Es como la orixá misma: Oyá puede ser una
brisa o una tormenta.
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