Los complejos hijos de Exú
Los hijos de Exú son enigmáticos: llevan consigo toda la
complejidad de la personalidad de Exú. Ya os he explicado anteriormente que Exú
es el único orixá que camina por todos las tierras y naciones, tanto en Orún
como en el Ayé, es decir, tanto en este mundo como en el otro.
Decimos que son complejos porque Exú lleva un poco de todos
los demás orixás: su principal característica es la comunicación (sabéis que es
el mensajero del panteón Yoruba) pero también tiene la ira de Ogún, el lado
salvaje de Oxossi, la dulzura de Oxum, la inteligencia de Ewá y de Oxumaré, la
impaciencia de Ossain, el mal carácter de Omolú, el arranque de Naná, la
majestad de Xangó, la seducción de Logunedé, la independencia de Oyá, la fuerza
de voluntad de Obbá, la bondad de Yemanjá y la justicia de Oxalá. Todo ello,
debidamente dosificado y usado cuando es necesario.
Los hijos de Exú se parecen tanto a su padre… Son bromistas
pero también se enfadan con facilidad, bellos, a veces amorales, les gusta
guardar su privacidad y fisgonear en la de los demás, odian la mentira (aunque
Exú puede engañar muy bien), aunque tienen una gran tendencia a la
espiritualidad y son creyentes fervientes, les gusta mucho el sexo.
Lo malo es
que su padre es muy exigente con ellos; no permitirá que sean mentirosos ni
malas personas. Exú es posesivo y no permite que otro orixá ronde a uno de sus
hijos, si bien él sabrá cómo compensarlo.
Como son muy sensuales, tendrán relaciones amorosas con muchas
parejas y la fidelidad es un valor relativo. Pero no se alejan mucho de sus ex,
así que si te fue infiel un hombre de Exú, es fácilmente reconquistable.
Las
hijas de Exú también son sensuales pero más listas: no exhiben tanto esa
capacidad de seducción y la ocultan con una personalidad más tranquila. Su
seguridad emocional es muy importante y solo saldrá a flote su sexualidad si se
siente segura.
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