Para cuidar la salud, confiad en Ossain
En
estos días tan complicados, en que recordamos que la salud es el bien más
preciado que tenemos, quiero hablaros de Ossain, el boticario del panteón
Yoruba.
El
bosque es el hogar de Ossain, que comparte con Ogún y Oxossi (son los llamados
‘orixás guerreros’), donde las hojas crecen en su estado puro y sin la
interferencia del hombre; es también el territorio del miedo, de lo
desconocido, por lo que ningún cazador debería entrar en el bosque sin dejar en
la entrada alguna ofrenda dedicada a él.
Según
la tradición, Ossain recibió del mismísimo Olorum el talento para conocer los
secretos de las hierbas medicinales: nuestro boticario sabe cuáles aportan
calma o vigor y cuáles usar para atraer buena suerte o limpiar de malas
energías. Y es que sin el uso de ciertas plantas –solemos llamarle folhas (hojas) en Salvador de Bahía– no
pueden celebrarse ceremonias importantes.
Ossain
(también llamado Osanha) es el portador del axé (la fuerza, poder y vitalidad),
del que ni siquiera los orixás están al margen. Como sabéis, el Candomblé es
una religión antiquísima y las más viejas tradiciones beben invariablemente de
la naturaleza. Así, toda nuestra fuerza viene de ella y el axé es esa energía
que la recorre: mares, ríos, árboles y plantas.
Pues
bien, Ossain sostiene el axé que despierta el poder de la naturaleza, esa
sangre verde de las folhas capaces de hacer las curaciones más increíbles, de
cuerpo y espíritu. Por eso también se le tiene a veces por hechicero, porque es
capaz de llegar muy lejos. Nunca deis la espalda a la medicina occidental, jamás:
en estos días tan difíciles, protegeos, tomad precauciones, respetad el
confinamiento y ponedle una vela a Ossain.
Si
no tenéis velas en casa, rezadle con fe. O llamadme, yo os orientaré.
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