Viernes Santo, día de Jesús y día de Oxalá
Qué contenta me pone poder hablaros hoy de Oxalá. Porque hoy
es Viernes Santo y nuestro sincretiza con Jesús en el cristianismo. Este
viernes de Pasión, junto con el de Navidad y el Domingo de Resurrección son los
días más sagrados del cristianismo, ¿verdad? Pues bien: el día en que Jesús dio
la vida por los hombres, un viernes, ese es el día consagrado a Oxalá. Como
veis una vez más, en Candomblé nada es casual.
La equiparación sucede por las similitudes entre las
cualidades y simbolismos de Oxalá y de Jesús. Por ejemplo, Jesús es la máxima
expresión de fe en Dios y Oxalá es el orixá que activa la fe de las personas y
es considerado el primero del panteón Yoruba. Por eso está sobre los demás en
todos los altares de Candomblé, Umbanda y Santería. Oxalá es creador del mundo
y de los hombres, como Cristo cuando pasa de Hijo de Dios a Dios mismo.
Naturalmente que no es la misma figura pero como sabéis, el
Candomblé tiene eco en otras religiones, según ya os he ido explicando (Xangó
es el Thor nórdico y Ogún, el Hefestos griego, por ejemplo). En Candomblé, los
orixás son
las fuerzas –no me gusta llamarle dioses porque no son eso–
más humanas de todas las religiones y Jesucristo es la humanización histórica
más conocida entre las religiones del misterio de Dios, que para nosotros es
Oxalá.
Oxalá es el primero de los orixás, quien crea la realidad de
nuestro planeta para que después los otros orixás puedan generar, ordenar,
renovar... ¿Quién es el gobernante de la verdad, la fe, la esperanza, lo que
aprecia los corazones y trae la paz a ti, a tu comunidad y a todos los que
buscan algo más grande? En el cristianismo es Jesús, en Candomblé es Oxalá.
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