De cómo Exú se convirtió en guardián de las encrucijadas





¡Hola!
Llevaba un par de semanas un poco ausente pero ya estoy de regreso y con toda la fuerza que me dan los orixás.

Y hoy es un día especialmente importante, porque está consagrado al orixá más diferente a todos los demás: Exú.Ya os he explicado otras veces algunas de sus características. Podéis consultarlas aquí.

https://lourdesorixas.blogspot.com/2020/05/como-exu-se-convirtio-en-el-mensajero.html

https://lourdesorixas.blogspot.com/2020/04/mi-altar-dedicado-exu.html


Hoy quiero contaros una leyenda: cómo Exú es quien vigila las encrucijadas.

Exú no tenía riqueza, no tenía hacienda ni río, no tenía profesión, ni artes, ni misión alguna. Por eso vagabundeaba por el mundo sin rumbo fijo. Un día, Exú acudió a la casa de Oxalá. Iba allí con frecuencia y se distraía viendo al viejo –Oxalá es el orixá más antiguo– fabricando a los seres humanos.

Exú era un visitante diferente: mientras que otros venían y se quedaban un par de días, marchando tras dejar a Oxalá sus ofrendas, Exú decidió aprender y por eso se quedó mucho tiempo junto al padre de todos. Se dice que fueron casi 16 años.

Exú prestaba mucha atención al modelado y aprendió como Oxalá fabricaba las manos, los pies, la boca, los ojos y las partes íntimas de hombres y de mujeres. No preguntaba, observaba y prestaba atención al trabajo del viejo Oxalá.

Un día Oxalá le propuso a Exú ir a apostarse en la encrucijada por donde pasaban los que venían a su casa. El plan era no dejar pasar a quien no le trajese una ofrenda, pues cada vez había más humanos por fabricar, pero tampoco quería perder tiempo recogiendo personalmente cada ofrenda.

Así, durante una época, Exú fue no solo aprendiz sino delegado del gran Oxalá: recolectaba los ebós, le llevaba las ofrendas y filtraba a los caraduras. Y el gran padre decidió recompensar su esfuerzo: quien viniese a su casa, debía también pagar algo a Exú. A este le encantó la idea y creció con sus propias ofrendas, morando a partir de entonces en las encrucijadas.

Por eso es tan importante despachar según qué trabajos en un cruce de caminos: Exú estará allí para recibirlos.




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