La sabiduría de Exú
Exú es un orixá que tiene una hermosa aunque pesada función: probar a la gente en cuanto a lo que piensa y hace. No es el orixá quien lleva al error o al mal, estos males ya existen dentro de las personas, sólo pone en jaque su honestidad, su compromiso.
Hoy os voy a contar cómo puso en jaque a los propios orixás:
Se dice que Exú entregó una cabra a Yemanjá, Oxum y Oyá con la petición de que se vendiera por 20 buzios y quedarse él con la mitad del valor vendido. Las tres caminaron por el mercado con la intención de vender el animal y pronto tuvieron éxito. Se quedaron con las 10 caracolas correspondientes a Exú y luego distribuyeron la parte que les correspondía, pero entonces surgió el problema: ¡dividir 10 a 3 por igual!
Yemanjá dividió inmediatamente tres caracolas para cada una y la sobrante para ella: “Soy la orixá más vieja, madre de todos los demás orixás. Por eso merezco una más”. Hubo un debate y decidieron intentarlo otra forma. Oxum le dio la vuelta: “Soy la más joven, así que merezco mantener una concha extra”. Oyá también terció: “No, todo está mal en esta división. Yo, Oiá, esposa del poderoso Xangô, merezco conservar esta concha extra”. Y tampoco hubo acuerdo.
Se consultó a otras personas del mercado, todos observaban la escena, cada uno opinaba una cosa distinta… Hasta que Exú apareció, tomó la última concha que quedaba, empezó a cavar un hoyo en la tierra y allí la depositó diciendo lo siguiente mientras la sepultaba:
“No venimos de la nada. Antes de que estuviéramos aquí, otros también lo estaban, y luchaban, trabajaban, sudaban e incluso sangraban. Estos son nuestros antepasados. Yo, Exú, primogénito del Universo, siempre pido y exijo mi parte para evitar las cosas malas, para alejar las energías negativas, pero nuestros antepasados nunca pueden ser olvidados cuando recibimos algo”.
Así, Exú nos enseñó que siempre estamos en deuda con nuestros antepasados y que deben ser recordados cuando ganamos algo, cuando logramos alguna victoria. Yemanjá, Oxum y Oyá estuvieron de acuerdo con Exú, aceptaron su parte y aprendieron su lección.
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