Hijos de Ogún: huraños pero nobles
Ogún representa al solitario que vaga por el bosque, muchas veces acompañado de sus mejores amigos (prácticamente los únicos) en el panteón Yoruba, Oxossi y Exú. Juntos forman el subgrupo de los Guerreros en la religión de Candomblé. Con Exú, abre y protege los caminos.
Ogún era un herrero que domina los misterios del monte. Recordad que en Candomblé siempre nos vinculamos a la naturaleza. Simboliza al guerrero bárbaro que caza para comer en su evolución hacia el agricultor sedentario, comedor de animales domésticos, viandas y frutos. Ogún está en evolución, como vemos. Es iracundo pero también noble.
Es el maestro de los metales, llaves, cadenas y cárceles, por lo que es el idóneo para acudir si necesitas abrirte caminos. Confía en él cuando se trate de avanzar en tu trabajo o de tomar una decisión relacionada con el ámbito laboral.
Protege las entradas de las casas y templos y es el orixá patrón de herreros, militares, soldados, agricultores, cirujanos y de todas aquellas profesiones que trabajen con metal. Su símbolo principal es el machete (embele), con el cual lucha contra sus rivales y se abre camino a través de la vegetación de la selva. Desde luego, es el más trabajador y sacrificado de todos los orixás.
Los hijos de Ogún, la mayoría al menos, suelen ser taciturnos, huraños, retraídos y en el peor de los casos, un tanto pendencieros. Pero al mismo tiempo, son muy trabajadores y también les gusta divertirse.
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