Oxaguiá u Oxalufán, pero siempre el gran Oxalá





Hoy es viernes, día del gran Oxalá.
Como él es sabio y magnánimo, ¡confío en que sabrá perdonar que actualice el blog a estas horas!

Oxalá es el orixá más grande y respetado de todo el panteón Yoruba pues es el creador de los cuerpos humanos, a los que dio vida el aliento de Olorum. Fijaos si es importante, que si traducimos su figura al cristianismo, sería Jesucristo: Jesús ama a los hombres como a sus propios hijos e intercede por ellos en todo momento, siempre con mucha paciencia buscando lo mejor de cada uno para poder ponerlo en el camino correcto. Así como Jesús es fundamental en la historia del cristianismo, Oxalá lo es en el Candomblé.

Simboliza la paz y como tal, es sereno y pacificador. Sus características son la pureza espiritual, moral y la rectitud Su saludo es “Epa babá”. Oxalá recibe más nombres, según la región donde se instalaron los yorubas cuando salieron de África en los barcos de esclavos. En Cuba se le conoce como Obatalá, por ejemplo. Como muchos otros orixas, se presenta de más de un modo pero las principales son el joven, Oxaguiá, y el viejo Oxalufán.

En el primer caso lo veréis con espada, escudo y un mortero de metal blanco. Si vais a Salvador de Bahía, cuna del Candomblé, distinguiréis a sus hijos si llevan el preceptivo collar blanco con una cuenta azul. En cambio, será solo blanco si se trata de un hijo de Oxalufán: el Oxalá sabio y venerable aparece con un bastón de metal (‘opaxoró’) muy curioso, con discos y flecos, coronado por un ave.

Los hijos de Oxaguiá son líderes natos. Suelen ser muy comunicativos y familiares pero también peleones. Estas dos características contradictorias se debe a que Oxaguiá lleva en una mano lleva la espada y en la otra el mortero. Son guerreros y románticos, sensuales e intuitivos. Defienden a los agraviados y suelen ser simpáticos y divertidos.

Los hijos de Oxalufán son sabios y nada rencorosos: saben que los malos sentimientos sólo causan dolor. Son amables, pero no intenten engañarlos porque se darán cuenta. Son perfeccionistas y exigen es mismo nivel a qien tienen cerca. 

Tienen paciencia para analizar cualquier situación y mantenerse equilibrados, así que muestran una mayor madurez desde una edad temprana. El punto negativo es la terquedad; como son muy inteligentes, creen que siempre tienen razón.



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