Oyá, pura pasión

Hoy es miércoles, día de la luz que me acompaña, la de la gran Oyá.



En la mitología Yoruba, Oyá proviene del río del mismo nombre en Nigeria, donde su culto está muy arraigado, actualmente llamado río Níger. Aunque su nombre se le dio también a un río tan importante, el poder de Oyá está relacionado con el elemento aire, por lo tanto, es dueña de las tormentas. Pero Oyá es mucho más compleja, pues su poder se extiende también al reino de los muertos.

En realidad, Oyá es una de las orixás más poderosas en cuanto a que muchos de sus atributos podrían intercambiarse con el de un guerrero tan fuerte como Ogum o un rey como Xangó. Dueña de las tormentas y fenómenos atmosféricos, es capaz de enfrentarse a este segundo y desatar su ira hasta que la gente corre a ponerse bajo techo. Es una fuerza de la naturaleza pura y, según la leyenda, la mujer más fuerte que haya vivido en África.

Oyá es campesina y cazadora muy hábil; tanto, que puede medirse con Oxossi. Su personalidad es arrolladora: luchadora por vocación, sabe defender lo que es suyo y es una conquistadora, sea en la guerra, en el arte o en el amor. Muestra su amor y su alegría en la misma proporción que demuestra su rabia y su odio. Como mujer es sensual, fogosa y ardiente. Amó mucho y la amaron mucho y de todos aprendió algo.

Para los hijos de Oyá la vida es una aventura. Les encanta enfrentar sus riesgos y eligen los caminos muchas veces más por la pasión que por la reflexión. En lugar de quedarse en casa, salen a pelear para conseguir lo que quieren. Son personas directas y extrovertidas que nunca ocultan sus sentimientos, ya sea de felicidad o de tristeza. Son pura pasión.

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